4 cosas que tu madre debería saber antes de que te metas a arqueólogo

Cuando alguien ajeno al mundo de la arqueología intenta imaginarse en qué consiste nuestro trabajo, suele pronunciar dos frases: ¡Que profesión mas bonita! o (y este me fastidia cada día más, he de reconocerlo)¡Anda, como Indiana Jones!

Por eso, a ti que quieres ser arqueólogo o que no conoces nuestro trabajo, te contamos algunos pasajes de nuestra vida como arqueólogos para que veas lo raros que somos.

1) Pudes ser atacadado por una manada de Jabalies

Poco mas hay que añadir al título. En los últimos años hemos sido «atacados» por dos piaras de jabalíes, dos veces y separadas geográficamente en miles de kilómetros: una en Almería y otra en el Pais Vasco.

En la primera ocasión, estábamos prospectando por los montes pelados de Níjar, cada uno por un lado de un torrente muy escarpado (el único sitio donde hay vegetación). Ibamos caminando, despreocupados e incautos, cuando yo, que estaba más cerca de la parte central del torrente, empiezo a escuchar un ruido sospechoso y de repente, una piara de jabalíes (grandes y pequeños por lo que suponemos que serían las hembras con los jabatos) echan a correr a toda prisa hacia mi compañera. Ibamos armados solamente con nuestra cámara de fotos y un jalón cada uno (si, el palito de los colores). Grité a Lourdes para advertirla y al mismo tiempo le chillé como pude que gritara para espantarles. Yo mientras tanto, completamente paralizado, vi como un enorme jabalí, de proporciones bíblicas, salía del torrente directamente hacia mí. Me puse a gritar y a dar golpes con el jalón en el suelo (si, lo doble) y afortunadamente pasó cerca, dio un par de vueltas en torno a mi, pero no me tocó. Tampoco a Lourdes le paso nada pero cuando todo por fin acabó, estabámos que nos temblaban las piernas y bastante lejos del coche y de cualquier lugar civilizado.

La segunda vez sucedió poco tiempo después. Fue en el norte, excavando con nuestros colegas de Suhar Arkeologia en Murumendi. De repente empecé a escuchar un sonido extraño y cuando me giré, vi a una piara de 5 o 6 jabalíes también con crías que se dirigían hacia nosotros. Según todos los presentes grité «Compañeros, ¡Cuidado!» (no puedo confirmar dicha versión porque no la recuerdo sinceramente).

Como véis prospectar en sitios recónditos puede ser realmente peligroso.

 

2) Insectos y aracnidos como compañeros intimos: garrapatas

Tampoco es nada raro la verdad. Es lo que tiene estar todo el dia en campos donde solo pasamos los arqueologos y las ovejas y cabras. Lo peor no es verlas corriendo por la ropa si no que alguna se te enganche. A mi, personalmente, se me han enganchado ya 5 y aun no me he muerto que yo sepa.

Pero el caso mas absurdo por lo surrealista fue tambien en Almeria, en Nijar (este sitio bonito, pero salvaje un rato). En otra prospeccion en Mayo  (lo de los jabalies fue mas tarde, en Agosto), cuando las esparteras estaban verdes. Cuando despues, de prospectar un par de horas, se nos ocurrio parar a echar un trago de agua, nos vimos como por la pernera del pantalon corrian cientos de garrapatas. Al principio no lo podiamos creer: buah, seran arañas, raras, pero arañas. Despues, experimentado en nuestras carnes, nos dimos cuenta de que no, que eran garrapatas. Mas tarde, alguien nos dijo que eran africanas, ¡flipa! y que eran toda una invasion ( no fastidia! nos lo podian haber dicho antes).

Lo peor es la paranoia que te entra en ese momento en el que te sabes rodeado y que tienes que continuar trabajando, es decir, caminando entre esparteras repletas de terribles garrapatas africanas al acecho. Evidentemente nos protegimos como pudimos, esto es, con los calcetines por fuera, la camiseta por dentro de la ropa interior y en las mangas de la camiseta cinta aislante. Todo ello con el fin de que no pudieran pasar a nuestro cuerpo.

Ya en Almeria capital, despues de la aventura en el coche de: para para que aqui hay otra y  otra y otra, fuimos a una farmacia donde nos tranquilizaron diciendo que a no se quien una vez le habia picado una y que habia muerto. Se nos ocurrio incluso, para el dia siguiente, comprar en una clinica veterinaria unos collares para perros. ¿Os imaginais? Todo era mejor que pasar por el calvario de tener que quitarte esos bichos que se enganchan como….

 

3) No eres torero pero te tocara lidiar con vacas bravas y toros de 900 kg

Hemos agrupado en este capitulo dos historias que nos ocurrieron durante la realizacion de unos sondeos entre Galapagar y Collado Villalba, en Madrid.

Ya nos habian advertido que la finca donde ibamos a realizar los sondeos era de ganado bravo (bueno, nos lo habian advertido y lo habiamos podido ver nosotros con los carteles que habia en la puerta). Para «nuestra tranquilidad» nos comunicaron que se trataban de vacas, pero que habia que tenerles «respeto«.

Total, acabamos haciendo los sondeos con la furgoneta lo mas cerca posible del cantil del sondeo, con todas las puertas abierta. Ademas nos ibamos turnando en la excavacion ya que uno de nosostros se habia convertido en un momento en un oteador de ganado bravo

¿por que?

Fue empezar a remover la tierra cuando de repente vemos asomar por una pequeña loma una jauria de vacas bravas que no parecian muy violentas pero que en ningun momento nos quitaron el ojo de encima…Era mejor no fiarse. Al final no paso nada de nada pero…

Lo del toro fue peor, o no, segun se mire. Fue en otra finca, esta no era de ganado bravo (ahhh! ya estoy mas tranquilo) pero tenian lo que llaman «vacas de carne» de raza limusina (se llaman asi ¿no? Perdon, pero solo soy arqueologo). Y entre las cientos de vacas y tiernos terneros, habia dos mastodontes sementales uno marron y otro blanco.

Normalmente estos enormes animales los tenian encerrados en pequeños rediles aparte del resto del ganado, abriendoles de vez en cuando para que montaran a las vacas (suponemos). El caso es que avisamos al vaquero de que ibamos a entrar a trabajar y nos dijo que «no nos preocuparamos que habia encerrado al toro«.

Pero debe ser que al rato, habiendosele olvidado consciente o inconscientemente que en su finca habia arqueologos ademas de vacas, solto a uno de ellos donde estabamos trabajando. Imaginad el terrible susto al levantar la vista.

Cierto es que nunca le vimos en actitud violenta hacia nosotros, pero ver pasar cerca a un animal de 900 kilos como que…impone un poco.

 

4) ¿Te gustan los perros verdaderamente peligrosos?

Y no podia faltar entre la fauna salvaje y asilvestrada que nos encontramos casi a diario como arqueologos ejerciendo nuestra «bonita» profesion, los perros. Y los hay de todo tipo y colores y os podria aburrir con mil historias de perros simpaticos que vienen a saludarte o que te ladran sin motivo, pero no…lo que os quiero contar fue el momento que hemos pasado de estar mas cerca de ser devorados por un animal …¡Y no exagero!

Era en tierras del Jaen profundo, con sus olivares, en un caluroso, como no podia ser de otra manera, mes de Agosto. Tambien era en una prospeccion (pues…¡va a ser que lo de pasear por el campo tiene sus riesgos!) como ya digo entre campos roturados y la mayor parte de ellos de olivos centenarios, enormes, retorcidos…

Estabamos echandole el ojo a unas piedras de curiosa alineacion cuando en un momento, oimos como retumbaba el suelo y muy cerca, un numero indeterminado de perros gruñendo y ladrando…(creo que eran mastines). No teniamos muchas opciones, estabamos solos, lejos de cualquier camino, lejos de la furgoneta, solo armados con unos jalones y…Me prepare a sacrificarme por la causa arqueologica (Lourdes le tiene panico a los perros y en estos casos es un cero a la izquierda). Le propuse a Lourdes que se subiera a un olivo y mirase en el gps las coordenadas en donde nos hallabamos para ir llamando a la guardia civil para que pudieran encontrar nuestros cuerpos, mientras que yo me disponia a sacrificar uno de mis brazos que era la parte que mas prescindible me parecia de mi cuerpo.

No les veiamos aun, pero podiamos oirles perfectamente…incluso la respiracion y como chascaban los dientes con sus enormes dentaduras (¿habeis oido alguna vez algo así??, ¡¡class!!, ¡¡class!!). Blandi mi jalon para arrear mi mas duro golpe arqueologico en el momento en que viera algun perro atacador, cuando por fin les vimos.

Me temblaban las piernas, todo lo demas habia desaparecido, de repente me dije…¿aun no han atacado? Y fue cuando vi, que dos hileras de olivos mas alla, habia una valla metalica y que detras de ella, afortunadamente, estaban estos dos perros enormes, violentos, ladrando como locos, como poseidos.

Despues de aquello, no seguimos prospectando. Cuando conseguimos tranquilizarnos lo suficiente, nos largamos de alli a tomar unas cervezas, que es como se curan todas estos malos tragos.

Por supuesto, volvimos y acabamos el trabajo al dia siguiente.

En fin, que estos son los pequeños detalles de tu profesión que tu madre no debe saber, …y mucho menos el técnico de seguridad y salud (espero que no lea este artículo porque si no el año que viene nos van a querer subir la cuota) 😉

 

 

 

Jesus Martin Alonso

13 comments

  • Pingback: Bitacoras.com

  • Virginia

    26 octubre 2013 at 12:38 am

    Se os han olvidado aquellas maravillosas criaturas de la naturaleza que se arrastran sobre su barriga y aparecen bajo las piedras mientras prospectas: las horribles serpientes 🙂

    Reply

  • Gama

    27 octubre 2013 at 7:52 pm

    Hola Jesus, te escribo desde Mexico. Sabes ayer leí esta nota y entonces tuve una idea, una idea que surgió de saber que compartimos como arqueólogos un millón de anécdotas que merecen ser contadas. Entonces inicie un blog en el que compartir esas historias del trabajo de campo, que con seguridad gustaran. Por fortuna cuento con algunos amigos arqueólogos en muchas continentes y estoy segura que habrá de enriquecerse este espacio. Sin embargo a partir de que fue que te leí el que inicio la idea, me gustaría que compartieras la primer historia. Que dices? Veamos cuantas aventuras y experiencia tenemos que contar.
    Aqui te dejo el Blog http://seishorasmenos.blogspot.mx para todos aquellos que se unen a esta gran pasión.
    Un enorme abrazo desde la selva entre garrapatas y serpientes asesinas.

    Reply

    • Jesus Martin

      31 octubre 2013 at 12:05 pm

      Hola! Muchas gracias por tu comentario! Me alegro que este articulo te haya servido de inspiracion para hacer un blog. Nos pasaremos a menudo por el sin duda. Un abrazo y cuidado con esas garrapatas, que en la selva no me imagino como de grandes tienen que ser 😉

      Reply

  • Pedro

    28 octubre 2013 at 12:28 am

    Muy simpático el artículo Jesús con las anécdotas diarias de un arqueólogo pero créeme que yo pasaría por todas ellas y más si de verdad pudiera ejercer la profesión en la que me formé porque desgraciadamente no hay salidas profesionales para un arqueólogo y todos los que os podéis dedicar a ella sois afortunados. Yo daría lo que fuera por poder trabajar como arqueólogo, he mandado incluso CV a empresas privadas como la tuya, pero que te llamen aunque sea para una entrevista es prácticamente imposible…

    Reply

    • Jesus Martin

      31 octubre 2013 at 12:07 pm

      Hola Pedro!! Si, tienes razon, somos unos afortunados sin duda!

      Reply

  • Hugo

    31 octubre 2013 at 11:41 am

    muy bueno y real, yo me las he visto con algún mastín también,…. sin valla por medio. Añadiría arañas con aspiración a tarántulas, escorpiones, que también he visto unos cuantos, buitres, que aparentemente no causan daño físico pero psicológico si y sobretodo el peor de todos: los encargados de obra….

    Un abrazo

    Reply

    • Jesus Martin

      31 octubre 2013 at 12:09 pm

      Jajaja, si es verdad Hugo…¡por bichos que no falten! Y aun nos quedan tantas anecdotas…Como los cazadores en un dia de niebla espesa no espesisima en un pueblo perdido cercano al Ebro 😉

      Reply

  • Susana

    11 noviembre 2013 at 11:51 am

    Jesús,

    Vaya forma de hacer un artículo de arqueología tan gracioso y entretenido. Algo de aventurilla para atrapar al lector.
    En mi poca experiencia arqueológica, lo único que me he encontrado es tierra con olor a humedad y una madre con frascos de alcohol para desinfectarnos las manos antes de comer los bocatas 😉

    Un saludo. 😉

    Reply

    • Jesus Martin

      11 noviembre 2013 at 12:11 pm

      ¡Muchas gracias Susana! ¡Que ilusion que nos leas y nos comentes!

      Reply

  • Nefru

    20 noviembre 2013 at 9:10 pm

    Buenas,

    este artículo es genial porque a la vez que lo vas leyendo, te vas acordando de anecdotas, por llamarlo de alguna manera, que te han pasado parecidas a esta. Hoy mismo he tenido que pasar en medio de unas 20 vacas, lo mejor es que estaba en la vereda de un yacimiento visitable. Lo mejor es que cuando las he viisto me he puesto a gritar Pedrooooooo (mi compañero, no el de heidi) y él, hombre de campo, diciendome que las ahuyentara, pero ¿Cómo? Menos mal que han tenido mas miedo que yo y han salido corriendo.
    Otra, de esta hace tiempo, en pleno verano tras ser abonados unos campos de fresas nos tuvimos que poner a prospectarlos con su consiguientes problemas. Eramos 5 mujeres que tras unas horas nos empezamos a dar cuenta que teniamos garrapatas por fuera de los pantalones. Nosotras, previsoras, antes de empezar ya llevabamos los pantalones por encima calcetines, camisas por dentro, fumigadas con antigarrapatas, etc etc pero no sirvió de nada. Y acabamos en pelotas en mitad del campo mirandonos que no tuvieramos ninguna por dentro, pero ahí no acaba la cosas que en el momento de desnudez me llama el jefe y pregunta ¿Qué haceís? ¿Os va bien? Imaginar explicar la situación en la que nos encontrabamos. El jefe descojonado por el telefono contandoselo a todos los compañeros que estaban con él y pidiendo las coordenadas para poder ir a buscarno. Un Show a veces peligroso pero otras también muy divertidos.

    Reply

    • Jesus Martin

      20 noviembre 2013 at 9:32 pm

      ¡Muchisimas gracias por tu comentario! Nos encanta que te haya gustado el articulo y que te hayas sentido identificada con algunas de las anecdotas que contamos. Un saludo arqueologico.

      Reply

  • Jorge Archer

    7 diciembre 2013 at 6:04 pm

    Falto poner riesgo de muerte por derrumbe. A mi me paso una vez excavando, los trabajadores finaron una lona a arboles y a un piedra de mas de 60 kg, en la tarde llego un viento y levanto la lona como un paracaídas junto con la piedra. La piedra hizo pendulo y por poco no la esquivo, me fracturo la clavícula y el cráneo,

    Reply

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Lure Arqueología
¿Necesitas un estudio arqueológico?
LURE Arqueologia es una empresa de arqueología de referencia estatal en la oferta web de sus servicios de gestión del patrimonio arqueológico e histórico.
Apoyando al colectivo
Recursos de arqueología
Contacto
Llámanos ahora o deja tu mensaje
Redes sociales
Comparte con nosotrxs
Conoce la última hora de nuestros trabajos
Lure Arqueología
¿Necesitas un estudio arqueológico?
LURE Arqueología es una empresa de arqueología de referencia estatal en la oferta web de sus servicios de gestión del patrimonio arqueológico e histórico.
Apoyando al colectivo
Recursos de Arqueología
Redes sociales
Comparte con nosotrxs
Conoce la última hora de nuestros trabajos

Todos los derechos reservados Lure Arqueología.

Todos los derechos reservados Lure Arqueología.