5 sitios raros donde hemos excavado y 1 que nos hubiera gustado excavar

Hoy os quiero traer unos cuantos emplazamientos algo «desagradables» o peligrosos donde hemos intervenido como arqueólogos en algún momento de nuestra carrera. La arqueología tiene estas cosas con las que tienes que saber lidiar. No es nada malo, tan sólo es algo que no tienes en mente cuando empiezas en esto.

1.- Cementerio de gatos

La verdad es que la primera anécdota arqueológica del día no nos ha sucedido al equipo de LURE directamente. Pero si a uno de nuestros colegas arqueológos con el que solemos trabajar muy a menudo.

El caso es que tenían que hacer unos cuantos sondeos en un palacio con jardín privado. El dueño, un viejito muy amable, les indicó que en dicho jardín habían estado enterrando los gatos de la familia durante décadas y que no se «asustaran» si les salía alguno.  Asustarse ellos por dos o tres gatitos…bahh, ¡habrase visto!

Nuestro colega, junto con otro chico, empezaron los sondeos. En el primero nada, totalmente negativo. Pero fue empezar el segundo…y hete aquí que no encontraron uno ni dos, sino los restos de una auténtica necrópolis gatuna. Y diréis, bueno tampoco es para tanto ¿no? Es verdad, pero eso  de abrir una caja de galletas sin saber que puede contener y encontrarte los restos de un lindo minino…no se lo deseo a nadie la verdad.

2.- Productos farmaceúticos

Esto si nos pasó a nosotros si. Y maldigo aquel día. Estábamos realizando un seguimiento arqueológico en el que documentamos unas galerías subterráneas que habían sido completamente colmatadas. Excavando sus rellenos, a parte de casquillos de balas, etc, encontramos un conjunto de botecitos de cristal muy monos. Algunos de ellos aun con tapadera y el contenido líquido aun dentro.

A medida que íbamos excavando el nivel, aparecían botes rotos y  un fuerte olor penetrante fue inundando el entorno de tal suerte que no pudimos continuar con la excavación. El colega que estaba excavando conmigo tuvo nauseas y arcadas. Es todo una suerte para vosotros que a través de las palabras no puedan transmitirse los olores. (todavía;))

3.- Castillo roquero

Este en realidad no tiene nada de desagradable, más bien todo lo contrario. Con nuestros colegas de Suhar, que eran los que llevaban la excavación, estuvimos excavando el castillo roquero de Jentilbaratza. Un total privilegio por el emplazamiento.

Eso si, suponía una pequeña paliza  subir todos los días 30 minutos hasta el pico con alguna de las herramientas a cuestas y volver a bajar al finalizar la jornada. Es un sitio muy pequeño donde los 5 que estabamos apenas cabíamos para excavar (a lo mejor exagero un poco…pero sólo un poco ¡eh!). Pero lo peor no era eso, sino los acantilados que rodean el yacimiento. Caídas de más de 100 metros sobre todo por uno de los lados.

Ya era toda una aventura tener que cribar la tierra que íbamos sacando en un extremo, pero en un despiste, un cedazo o criba echó a rodar pendiente abajo y no volvió a  parecer a pesar de haberla buscado concienzudamente…Los arqueólogos del futuro cuando la encuentren no sé qué podrán interpretar, pero seguro que no se acercan ni de lejos a lo que realmente sucedió.

4.- Pozos negros

Siempre que se comienza una intervención en un casco urbano cabe la posibilidad de «acertar» con alguna tubería/canalización de elementos poco saludables y/o recomendables o incluso pozos negros en desuso.

El caso que os voy a contar, sucedió durante una intervención arqueológica en San Fernando de Henares. Durante el vaciado del solar, en uno de los perfiles, dimos con un pozo negro en «desuso» pero que rezumaba líquido. Imposible de describir el olor que emitía aquello. La arqueología tiene estas cosas a veces.

Excavando un cementerio

5.- Cementerios

Direis…bahhh eso es lo de siempre y diré si, es verdad. Ya es raro un arqueólogo que no haya excavado algún muerto a lo largo de su carrera. Si aun no lo has hecho, no te preocupes, lo harás. 😉 Pero no estoy hablando de necrópolis donde los huesos están peladitos no. Estoy hablando de cementerios actuales.

Y no digo Iglesias en las que hasta el siglo XIX las personas se enterraban en su interior. Muertos casi recientes. Con huesos y lo que no son huesos. Con ataudes, con lápidas…no, ni siquiera digo eso. La anécdota viene de un sondeo que nos tocó hacer en un cementerio actual, aun en uso.

¿Y que andábamos buscando? Pues se supone que una fosa de la Guerra Civil. ¿Qué encontramos? Una tumba infantil. Lo peor de todo era levantar la vista y darte cuenta que en las cruces de las tumbas de alrededor había fotos de niños y estas fotos...¡Nos estaban mirando! Mal rollo no, lo siguiente.

6.- Algo bueno también: poblado fenicio de Sa Caleta.

Bueno, este en realidad no lo hemos excavado nosotros (ya quisiéramos) pero lo visitamos el otro día y, sinceramente, el emplazamiento del yacimiento es de lo más espectacular que hemos visto. ¿No te lo crees? Pues mira la foto.

 

Yacimiento Fenicio de Sa Caleta

Y tu ¿cuál es el sitio más raro donde has excavado?

Lourdes Lopez Martinez

6 comments

  • Adrián Carretón

    3 febrero 2014 at 9:50 pm

    Lo más extraño puede que haya sido meterme en un sumidero hecho con cuernos de ganado en una excavación de un cementerio romano en pleno centro de Londres, justo detrás de Tower Bridge.

    Era un material más económico que el ladrillo en época medieval y se usaba muy habitualmente en esa zona. De ahí salí con mucha mie…. fue una buena experiencia 😉

    No es un cementerio de gatos pero resultó curioso!

    Reply

    • Jesus Martin

      3 febrero 2014 at 9:54 pm

      ¡Hola Adrian! Gracias por pasarte por nuestro blog y dejarnos tu lugar raro de excavación. Saludos

      Reply

  • Hugo

    4 febrero 2014 at 9:46 am

    jejeje…. me suena alguno de los citados…. si que daba mal rollo, si….

    Muy bueno Jesús…seguid con los artículos que son geniales, no me los pierdo.

    Reply

    • Jesus Martin

      4 febrero 2014 at 8:48 pm

      ¡Gracias Hugo por leernos y comentar! ¿Te acuerdas verdad? ¡Que impresión!. Un abrazo

      Reply

  • Alejandro Teba

    25 noviembre 2014 at 12:10 pm

    En el patio de un edificio contiguo al castillo de Chipiona (Cádiz). Un sondeo de 5×5 y en cada uno de los lados aparecen tuberías y canales de desagüe. Y cuando está uno perfilando todo para la maravillosa foto, zas! uso el paletín y me salta una compresa gigante… imaginaos mi cara de asco… Eso sí, en el centro, nos apareció los restos de un pequeño pozo. Pero precioso el enclave…

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